Las carreras de relevos
El atletismo
es un deporte individual. Solamente dos pruebas dentro del programa olímpico se
realizan por equipos, son las postas de 4×100 y 4×400 metros. Ambas son
realizadas por cuatro corredores, quienes siguiendo un reglamento determinado,
deben ir pasándose uno a otro un elemento conocido como “testimonio” o
“testigo”. Entre otras cosas por su atractivo, las carreras de relevos (o
“postas”) suelen ir al cierre de las carreras de pista.
En la
carrera de 4×100, cada corredor cubre una distancia aproximada de cien metros,
y decimos aproximadamente porque dicha distancia depende de distintos factores,
como la ubicación de los corredores más o menos cerca de las zonas de cambio.
Estas zonas de cambio miden 20 metros, y se ubican de forma simétrica diez
metros antes y después de cada tramo de cien metros. El testimonio debe ser
entregado dentro de esa zona, sin excepción. Cuando un corredor deja caer el
testimonio, sólo él puede levantarlo y seguir en carrera. A su vez, antes de
cada zona de cambio, existe una “pre-zona” de diez metros que cada corredor
puede utilizar para tomar velocidad e ingresar a la zona de cambio ya lanzado.
En la
carrera de 4×400, cada corredor cubre una distancia aproximada de 400 metros, y
debido a su nivel de exigencia en cuanto a resistencia de refiere, la carrera
requiere de una técnica especial de entrega.
El pase
“ciego” o “no visual” es aquel que se emplea en las carreras de 4×100, donde el
corredor que recibe el testimonio extiende su mano hacia atrás sin ver nunca a
su compañero, en espera del testimonio. Dado que se trata de un pasaje en
velocidad, voltear a ver sería un error técnico imperdonable. El corredor que
recibe debe tratar por todos los medios de mantenerse lo más pegado a la línea
de carrera. En cambio, en la posta de 4×400, la entrega física es tal que el
corredor que entrega llega muy comprometido al pasaje, motivo por el cual debe
ser esperado por su compañero, realizando así un pasaje “visual”.
Dentro del
ámbito del pasaje “no visual” existen diferentes técnicas de pasaje, como así
también variantes en cuanto a la ubicación de los corredores a lo largo de la
pista. Se sabe que durante las curvas, correr del lado exterior representa una
desventaja respecto de correr del lado interior, ya que el incremento del radio
de giro hace que la distancia a recorrer sea mayor. Por tal motivo, los
corredores de curva suelen ubicarse del lado interno. Sin embargo, esto
complicada las cosas respecto de qué mano resultaba más cómoda para entregar el
testimonio según cada corredor. Así se crearon técnicas donde un corredor
cambiar de mano el testimonio, provocando caídas innecesarias. Hoy por hoy el
tema está más claro: el corredor de curva lleva el testimonio en la mano
derecha y el corredor de recta lo lleva en la mano izquierda. Tanto la entrega
como la recepción se hacen con esas manos, y no hay cambio alguno, evitando
accidentes.
Las dos
técnicas de pasaje más conocidas en las carreras de 4×100 son el pasaje
ascendente y pasaje descendente. Revisemos algunos aspectos de cada
uno:
- Pasaje ascendente: El movimiento del corredor que entrega es de abajo hacia arriba, y al momento del pasaje ambas manos se tocan, algo que le brinda un poco más seguridad al pasaje. Como contrapartida, el testimonio se va “achicando” con cada pasaje, ya que el corredor que lo recibe no lo toma desde el extremo, sino un poco más arriba. Al ir pasando de mano en mano, cada vez queda menos testimonio de donde tomar.
- Pasaje descendente: El movimiento del corredor que entrega es de arriba hacia abajo, y no hay contactos de manos. En este caso el testimonio siempre queda sujeto del extremo inferior, eliminando el problema del pasaje ascendente. Hoy es el pasaje más utilizado.
Existe una
alternativa a estos pasajes y que todavía se encuentra en pañales. Algunos lo
identifican con el nombre de pasaje frontal. En este pasaje, el brazo
del receptor se ubica completamente extendido y perpendicular al tronco. La
palma de la mano mira al corredor que entrega. Ante la señal del corredor, que
suele ser un “¡hop!”, el receptor extiende el brazo a medida que el entregador
ejecuta una suerte de golpe, extendiendo él también el brazo mientras lleva el
testimonio desde el borde inferior apuntando al cielo. Tras apoyarlo en la mano
del receptor, éste cierra el puño y vuelve a la carrera, evitando también el
problema del pasaje ascendente.
El testigo
(también llamado estafeta o testimonio) en atletismo es una barra de metal o de material
similar que se utiliza en las carreras de relevos o postas. Tiene una longitud
de 30 centímetros y un peso mínimo de 50 g.
Los corredores de un mismo equipo corren por turnos, y al acabar el turno de
cada uno deben pasar el testigo al siguiente corredor en una zona de cambio
habilitada para ello, de 20 metros de largo. El testigo ha de entregarse de
mano a mano.
muy bueno, me sirvió para un trabajo.
ResponderEliminarGracias.